Esta receta la hice el sábado pasado.
Nunca había hecho paté de ave antes y eso que me encantan los patés ... todos.
Como más o menos podía imaginar cómo se hacía, pues me inventé la receta. Pensé que si me salía bueno llevaría la terrina a la cena, y si no, pues me la comería yo, entera!! jaja. Pero me salió rico, así que os cuento cómo lo hice.
Como ingredientes usé:
1/2 kg de Higadillos de pollo limpios.
2 Chalotas
2 Ajos grandes
175 gr de Mantequilla
1 copita de Coñac
3 cucharadas de Nata para cocinar, de la espesa
1 cucharadita de Sal
1 cucharadita de Pimienta negra molida
1 cucharadita de Tomillo seco
Primero se rehogan los higadillos en 30 gr de mantequilla (que la cogemos de los 175 que tenemos para toda la receta), hasta que estén dorados por fuera pero rosáceos por dentro. Os recomiendo que tapéis la sartén donde los vayáis a hacer, porque salpican bastante. (Una vez me dijeron que si echas los higadillos a la sartén con la mano izquierda no salpican, pero, la verdad... nunca lo he intentado, siempre se me olvida, y tampoco me lo creo mucho).
Cuando estén dorados los higadillos, se reservan en el vaso de la minipimer, junto con el caldito que hayan soltado en la sartén.
Deshacemos 30 gr más de mantequilla, y en ella rehogamos las chalotas y los ajos picados, hasta que estén blandos, pero no dorados, y en ese momento, vertemos en la sartén el coñac. Dejamos reducir unos segundos y añadimos la nata. Dejamos que se junten todos los sabores y vertemos la mezcla en el vaso junto a los higadillos.
Añadimos al vaso el resto de la mantequilla, el tomillo, la sal y la pimienta y trituramos bien, hasta que la pasta sea lisa, suave y uniforme. Probamos y rectificamos de sal y pimienta si fuera necesario.
Vertemos la mezcla en un recipiente adecuado y dejamos enfriar. Lo guardamos en la nevera hasta media hora antes de servir.
Yo lo acompañé con unas tostadas de pan con pasas y estaba buenísimo.
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