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miércoles, 10 de agosto de 2011

LECHE CON GALLETAS

Qué sueño!... Por qué María me despierta tan pronto? Si ya no hay cole!!... Voooooyyyyyy......

Pues si yo me levanto.... mis hermanas también! Carmiñaaaaaaa, Fernandaaaaaaa.....

A desayunaaaaar!

Vaya... no me acordaba que hoy es martes... Hoy tampoco habrá desayuno de domingo, vaso de leche y rebanada de pan de ayer untada en la grasita que soltaron las salchichas de la cena del sábado. Hoy habrá lo de siempre... leche, un vaso, y .... y .... ya. Leche, sólo leche.

Siempre cenamos hervido porque a mi papá le gusta mucho y porque María dice que es muy sano, y luego un huevo pasado por agua. Todos los días lo mismo, menos el sábado, que tocan salchichas!!!!.

Yo no entiendo muy bien por qué, pero mi hermana dice que quiere comer olivas con cuchara. Creo que lo decía cuando la guerra no les dejaba mucho que comer y todavía lo dice de vez en cuando. Yo no viví la guerra, pero creo que es por ella que todavía seguimos sin tener galletas para desayunar. Pero mi primo sí tiene...

Después de tomar mi vaso de leche me gusta bajar a casa de mi primo Valeriano a verle desayunar.... A mi también me gustaría tener galletas, sobre todo como las suyas, tan grandes que tiene que abrir mucho la boca para que le entren enteras. Todas las mañanas se toma por lo menos cinco mojadas en la leche. Me gusta mirarle mientras echa la galleta en el cuenco de leche, la recoge con la cuchara y se la lleva a la boca después de decirme: “Mira, mira Roselín!!! Sin tocar los bordes!!”. A mi se me hace la boca agua!! Pero no me atrevo a pedirle... son suyas. Y él nunca me da... son suyas. El no sabe que yo no tengo galletas y yo no se lo pienso decir... Pero esas galletas... se hinchan tanto cuando se mojan en la leche que parece que cuando salen del cuenco son tres veces más grandes que cuando entraron!!

Algún día comeré galletas con mantequilla, con mucha mantequilla!!

Y venga Valerianito!!! Vamos a la entrada a jugar!! Tengo bichos nuevos!!


Mi madre nació durante la Post-Guerra y, aunque no llegaron a pasar hambre, sí pasaron algunas estrecheces. Esta historia me la ha contado muchas veces. Ahora, cuando come mantequilla, se unta una capa enorme, cuando come salchichón tiene que ser en taco gordo, nada de lonchitas finas, cuando come sobrasada, lo mismo.... Nunca ha hecho dieta y nunca se ha privado de nada, y siempre está estupenda.

1 comentario:

  1. Pk,hola,que entrada tan estupenda,me ha emocionado.

    Mi madre tambien me ha contado historias parecidas,

    en este mundo de la abundancia,es dificil imaginar

    estas situaciones de necesidad.No nos extrañe que no se quieran ahora privar de nada,ya lo hicieron en su niñez.
    No he podido resistirme a comentar,precioso.

    Besitossss

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