...........................................................................................................................................................................................................
...........................................................................................................................................................................................................
...........................................................................................................................................................................................................
...........................................................................................................................................................................................................

miércoles, 23 de enero de 2013

RESTAURANTES CON HISTORIA: The Palm Too

Esta entrada se la dedico a mi padre, fiel cliente del Palm Too desde la primera vez que fue a NYC, y de eso ya ha llovido mucho...., y siempre que vuelve no perdona una comida en este emblemático restaurante de la ciudad que nunca duerme.













 En el 840 de la Segunda Avenida se encuentra el Palm Too, un restaurante con una filosofía sencilla y que cumple a la perfección: tratar a los clientes como si fueran de la familia, servir buena comida y superar siempre las expectativas.
Esa filosofía nació en 1926, cuando Pío Bozzi y John Ganzi inauguraron The Palm en Nueva York, y lo que empezó como un restaurante se convirtió en una leyenda.


Bozzi y Ganzi eran nativos de Parma, Italia, y cuando pensaron en abrir su restaurante quisieron llamarlo como su ciudad natal, pero cuando fueron a registrar su negocio, un empleado de la oficina de registros de la Ciudad de Nueva York malinterpretó su acento italiano y les expidió una licencia para The Palm.

El restaurante tiene una peculiaridad: sus paredes están decoradas con caricaturas. El Palm era frecuentado por artistas de la ciudad y debido a su proximidad al Sindicato de Dibujos Animados, muchos dibujantes acudían allí a comer. Los artistas solían arrancarse a cantar en el restaurante, muchas veces como pago de su comida, y el ambiente solía ser divertido y bullicioso. Un día unos dibujantes acudieron al local y los propietarios acordaron con ellos el "pago en especias": les propusieron que les dejaran un retrato original en una de las paredes (eran los comienzos, no había demasiado presupuesto para decoración, y a Pío y John les pareció una buena oportunidad). Así lo hicieron, dibujaron una caricatura en la pared y desde entonces se convirtió en una tradición.

El plato estrella del restaurante es una fuente en la que un inmejorable steak y una deliciosa langosta se sirven juntos (la carne es de res alimentada con maíz y está envejecida un mínimo de 35 días...No es fácil terminarse el plato!). Las carnes son excelentes, así como todos los ingredientes, por ello no necesitan contar con recetas y platos demasiado complicados, y no suelen seguir modas culinarias. Son platos que reflejan su herencia italo-americana.
Por cierto que el bistec no era un plato que al principio estuviera en la oferta del Palm. En los inicios, cada vez que un cliente pedía un bistec, John Ganzi corría hasta una carnicería cercana a la Segunda Avenida, lo compraba y volvía a cocinar la comanda.

Llegó un momento en el que el Palm no podía atender a toda la demanda de reservas y decidieron abrir el Palm Too, justo en la cera de enfrente del Palm.







Actualmente el restaurante sigue regentado por descendientes de Bozzi y Ganzi, han abierto numerosas sucursales por EEUU y es frecuentado todavía por artistas y personalidades. Sin duda, un restaurante peculiar y recomendable.

4 comentarios:

  1. Buenos días!!! Empezar la mañana con este tema es "peligroso". Me corroe la envidia, lo reconozco. Uno de mis sueños es visitar NYC así que si puedo llegar a cumplirlo no dudaré en visitar este "apetecible" lugar. Que exquisiteces, my God! Sweet kiss.

    ResponderEliminar

  2. Adoro esta entrada!

    Ay NY...

    ResponderEliminar