Las mesas demasiado formales me suelen aburrir bastante y casi todas me parecen iguales, así que os pongo esta foto que me parece de lo más divertido y original para una comida o cena con amigos. Ya veis que se puede prescindir del mantel, pero no de la imaginación.
Una vez tomada la decisión del mantel, colocaremos los centros de mesa, y una vez colocados, vamos disponiendo la vajilla. Como ya os he dicho prefiero la sencillez, además de que un centro de mesa excesivamente grande y aparatoso haría difícil que los comensales se vieran los unos a los otros, con lo que la conversación se haría un poco dificultosa e incómoda. Así que mejor los centros bajitos. Y no se deben poner flores ni velas perfumadas, porque el perfume podría tapar o enmascarar el aroma de los platos, pero poniendo velas neutras y flores no demasiado aromáticas, no hay problema. Aquí tenéis algunas ideas que me gustan:
Y vamos a la colocación de la vajilla y las servilletas. Pues otra vez lo mismo, que depende del tipo de mesa que queramos montar, pero hay un esquema muy sencillo.
Empezaremos por disponer un plato para cada uno de los comensales, un plato principal, y sobre él, un plato más pequeño para los entrantes.
Os dejo este práctico esquema que elaboró Mrs. Lilien (http://www.mrslilien.com/themrs.html) para la colocación correcta de cada uno de los elementos de la mesa:
Según estas instrucciones, la servilleta se coloca a la izquierda, y a ambos lados del plato los cubiertos tal y como se muestra, a excepción de los de postre y café, que se sitúan en la parte central, delante del plato. (Si os sirve de ayuda, yo coloco los cubiertos según el orden por el que se vayan a ir necesitando, y me fijo en si va a haber alguien zurdo entre los invitados).
Por último colocamos las copas para agua, vinos y espumosos, y un plato de servicio para el pan, con un cuchillo pequeño para los aperitivos y untables. La vajilla dependerá de la seriedad del evento, como siempre. Si no es demasiado formal, podemos incluso mezclar vajillas y cristalerías.
Y ahora que digo lo de los zurdos... deberemos saber dónde sentar a cada invitado. El protocolo recomienda que los anfitriones se sienten en las cabeceras de la mesa y a partir de ellos y por orden de importancia, se sitúan los invitados (y no os cuento qué más aconseja el protocolo porque me parece demasiado rancio, y que me perdonen los expertos). Y si la cena es en honor de alguien será esa persona la que ocupe la cabecera de la mesa.
Si la mesa es redonda, la anfitriona (según el protocolo) o el anfitrión (que en el S.XXI, no pasa nada), se sentará en el lugar que más cómodo le resulte para servir con facilidad al resto de invitados.
Y si se hablan varios idiomas entre los invitados, mejor situarlos de forma que la comunicación entre ellos sea lo más fluida posible.
Para la asignación de plazas se pueden hacer tarjetas informando del nombre de los invitados (siempre y cuando sean más de ocho).
Uf! He dicho al principio que no había que preocuparse y hay que ver la de cosas que hay que tener en cuenta!! Pero bueno, sólo es cuestión de ponerlo en práctica una vez y las siguientes van rodadas.
Por cierto, en estas cenas, me gustaría estar...
que chula es esta entrada, me encanta
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