A
ver…. Que fácil no es, pero… siendo que no es fácil, difícil tampoco es. Al
final… salen.
Estos
son mis primeros macarons, en realidad mis segundos macarons. De los primeros
no os pongo fotos, porque si por lo menos sirvieran para echarnos unas risas,
os prometo que las pondría, pero es que ni risa daban. Eran directamente de dar
pena.
Los
primeros los saqué de un libro de recetas de macarons y que no nombraré porque,
no salen. Aquello era una pasta blandurria que no había por dónde echarle mano
y el resultado fue un espanto. De sabor no estaban mal, pero de feos… más que
pegarle a un padre!!
Así
que estos segundos los hice siguiendo la receta de Isabel, de Aliter Dulcia. Me
pasé por su blog y vi los que había hecho…. Perfectos. Yo quería hacer unos
iguales!!!
Pues
ya veis que perfectos no me han salido, pero para ser los primeros, no están
mal.
Vamos
con la receta. Os la cuento tal cual la hice, siguiendo los pasos de Isabel.
Los
ingredientes:
130
gr de Almendra molida
130
gr de Azúcar glass
45
gr de Claras para mezclar con la almendra y el azúcar.
35
gr de Claras para montar
130
gr de Azúcar para el almíbar
35
gr de Agua para el almíbar
2
cucharadas de Cacao en polvo
Yo
molí la almendra con la Thermomix, subiendo la velocidad progresivamente y
dando algunos golpes de turbo. Cuanto más molida esté, mejor. Lo ideal es
hacerlos con harina de almendras, pero no encontré. La almendra molida que
venden en los supermercados, la de Vahiné, sirve.
En
cuanto a las claras, lo más fácil es usar de las que venden pasteurizadas, así
no tenemos que dejarlas envejecer ni complicarnos más. Pero sí tienen que estar
a temperatura ambiente.
Primero
hay que tamizar la almendra con el azúcar varias veces (dos o tres), porque
cuanto más tamizado, la textura será más lisa y perfecta. Reservamos.
Para
preparar el merengue italiano, hay que batir los 35 gr de claras hasta que
estén muy firmes y blancas (yo lo hice con las varillas de la Minnipimer) y,
atención porque aquí se necesitan 4 manos… al mismo tiempo, debemos poner al
fuego el agua con los 130 gr de azúcar normal y mover hasta que empiece a
hervir. Cuando empiece a hervir, dejamos de mover y que hierva tres minutos
exactos. (Esto es para conseguir el punto de bola). El almíbar a punto de bola
no tiene que tomar color apenas.
En
realidad yo primero monté las claras y luego hice el almíbar, porque si no…
Pero si tenéis Kitchen Aid o similar, lo podéis hacer al mismo tiempo.
Bajamos
la velocidad de las varillas de la Minnipimer y vamos echando en hilo el almíbar
sobre las claras perfectamente montadas. Una vez que esté todo bien integrado,
volvemos a subir la velocidad y seguimos batiendo dos o tres minutos más, hasta
que la mezcla temple.
La
textura será densa, pegajosa y no muy aireada.
Ahora
mezclamos la mezcla de almendra y azúcar con los 45 gr de claras y removemos
bien hasta que quede una masa. Incorporamos el merengue italiano y volvemos a
mezclar, con una espátula, y con movimientos envolventes, hasta conseguir una
masa densa.
Ahora
añadimos el colorante que queramos (en pasta), o el cacao como en este caso.
Introducimos
la masa en una manga pastelera con boquilla y vamos colocando montoncitos
redondos sobre bandejas forradas con papel de horno. Dejamos caer la bandeja
sobre la mesa para eliminar todas las burbujas de aire que pueda tener la masa.
Un
truco para que os salgan todos iguales, es dibujar con un molde por la parte de
atrás del papel de hornear círculos de unos 4 o 5 cm.
Ahora
la masa ha de secarse. No deben pegarse al dedo al tocarlos, pero nada de nada.
Han de estar secos completamente o al meterlos en el horno no se les formará el
pie rugoso de debajo.
Yo
los he tenido secando más de una hora.
Hay
que precalentar el horno a 150ªC por lo menos durante 10 minutos.
Introducimos
la bandeja en la parte media del horno y observamos. A los cinco minutos ya
debemos ver el pie casi completamente formado. Si no lo vemos…. Mal.
Seguramente será porque no estaban bien secos antes de meterlos.
Deben
estar en el horno unos 12 minutos. Si son claros no deben tomar color, pero
tampoco quedar crudos, porque si no no se despegarán del papel.
Se
dejan enfriar en la bandeja una vez salidos del horno.
Y
cuando estén fríos, se rellenan al gusto. Se conservan perfectamente en la
nevera hasta una semana. Y se pueden congelar dentro de una bolsa y ésta a su
vez dentro de un tupper.
Yo
los he rellenado con esta crema de limón que podéis ver aquí.
En
fin…. Conseguiré que me salgan mucho mejor!!
Rossella