MOUSSE DE CHOCOLATE, receta básica

La palabra 'Mousse' es de origen francés y significa 'Espuma', pero...

Quién fue el genio que inventó la mousse de chocolate?, porque... habría que hacerle un monumento!

El caso es que esta pregunta es difícil de contestar... Por una parte, quienes trajeron el chocolate a Europa fuimos los españoles, así que existe una historia que afirma que también fuimos nosotros quienes inventamos la mousse. Esta historia cuenta que en Astorga, el 22 de Abril de 1810, el VIII Ejército Francés, a las órdenes del General Junot, consigue tras un mes de sitio, que los defensores de Astorga (2.800 soldados hambrientos y extenuados), dirigidos por el Coronel Santociles, entreguen la plaza. Todos se rinden con honor, pero el cabo Tiburcio Álvarez, obstinado y valiente, permanece en el frente haciendo famosa la frase: "Si se han rendido, yo, Tiburcio, no me rindo", consiguiendo pasar por su sable a una veintena de soldados franceses, cayendo finalmente en la muralla sur de la ciudad.

El General Junot, admirado ante la valentía de los soldados sitiados, no quiso aceptar la bandera que Santociles le entregaba en señal de rendición.

El 21 de Abril, un día antes, el Emperador francés visitaba a su ejército en Astorga. Esa misma noche, el Cocinero Mayor de su Ejército, Françoise Masette, en su afán por agradar al Emperador, pidió al artesano chocolatero Manuel Cordero, que preparase su celebrada "Espuma de Chocolate". Se dice que el Emperador, impresionado por el aroma y suavidad de este postre, se llevó a Manuel Cordero y su familia a Francia, maravillando en los círculos culinarios de la élite francesa el ya para siempre bautizado "Mousse au Chocolat".

Por otra parte, sabemos que después de conocer el chocolate gracias a los españoles, a comienzos del siglo XVII, los chefs franceses lo comenzaron a utilizar en sus preparaciones, así que sólo fue una cuestión de tiempo el que, después de probar diferentes platos y texturas, terminaran en la mousse.

La mousse de chocolate apareció en América, en los Estados Unidos, en una exposición de alimentos que se hizo en el Madison Square Garden (Nueva York) en 1892, y cinco años más tarde una columna del Boston Daily Globe dedicada a las amas de casa, publicó una de las primeras recetas de este postre que daba lugar a un tipo de budín de chocolate.

La mousse adquirió la textura con la que la conocemos actualmente al incorporarle las claras de huevo, separadas de las yemas y montadas a punto de nieve.

A la mousse se le pueden añadir diferentes ingredientes para variar el gusto, pero se compone principalmente de chocolate, clara de huevo y azúcar.

Su único secreto es usar el mejor chocolate que podamos encontrar, pues la mousse será tan buena como el chocolate que lleve de base.

Esta es mi receta básica de la Mousse de Chocolate Francesa (francesa? jeje...), simple, pero deliciosa:

Ingredientes:

4 Huevos

75 gr de Mantequilla

100 gr de Chocolate del mejor que podamos encontrar

100 gr de Azúcar

Separar las claras de las yemas.

Mezclar las yemas con el azúcar y batir con unas varillas hasta conseguir una crema en la que el azúcar quede completamente disuelto.

Derrite el chocolate al baño María y añádelo a la mezcla de yemas y azúcar con cuidado.

Repite la misma operación con la mantequilla.

Monta las claras a punto de nieve, hasta que queden bien firmes, con unas varillas eléctricas (recuerda empezar con un tenedor, y cuando empiecen a salir las primeras burbujas, añade un pellizquito de sal y sigue montando con las varillas eléctricas).

Añade las claras montadas a la mezcla de chocolate poco a poco, mezclando de abajo a arriba para que no pierda todo el aire que le hemos metido a las claras.

Reparte la mezcla en cuencos individuales y reserva en la nevera durante por lo menos dos horas antes de servir.

Listo!

Por cierto, un truco: Resulta que cuando fui a hacer la mousse me encontré con la sorpresa de que no tenía suficiente mantequilla... Bueno, pues si os pasa esto, la podéis hacer vosotros mismos. Sólo hay que batir nata para montar con la batidora de mano, con el accesorio de cuchillas. La nata montará rápido, y hay que seguir batiendo unos minutos más. Entonces en cuestión de segundos, se separará el líquido de la grasa y ésta se quedará pegada a la batidora. Le quitáis el líquido y ya tenéis mantequilla casera. Si queréis mantequilla dulce o salada, o aromatizada, añadís al empezar el ingrediente que queráis.